La cabeza pesa mucho. Mientras estamos despiertos, apoyamos y movemos la cabeza, por otro lado al dormir nos quedamos inmóviles y cualquier irregularidad en la superficie sobre la que nos recostamos puede quedar marcada temporalmente en la piel. Dormir boca arriba puede reducir esta situación, al igual que dormir con almohadas que no se arruguen.
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